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La temperatura del vino no puede ser superior a 18 grados, ni inferior a los 6 grados. La temperatura es fundamental para poder apreciar las virtudes de un vino y tanto el exceso como el defecto, pueden alterarlas considerablemente.

Cómo afecta la temperatura a la importancia del vino

La temperatura del vino afecta a sus características y por tanto, a la manera en que lo percibimos. El vino es una bebida que disfrutamos a través de los sentidos de la vista, el olfato y el gusto, principalmente. Las características del vino y la temperatura de su servicio deben alinearse para potenciar los matices del vino y que no haya interferencias.

Por ejemplo, el calor influye en la sensación de acidez del vino y alcohol; y el frío, la astringencia (sequedad y aspereza). En este sentido los vinos blancos y los vinos rosados, como poseen menos estructura y son más ácidos, se toman más frescos.

Temperatura adecuada según el tipo de vino

Una regla básica para conseguir la temperatura del vino adecuada es, sin pasarse, pecar por exceso en lugar de por defecto, ya que es más fácil calentar un vino frío que enfriarlo una vez servido; también hay que tener en cuenta que no es lo mismo tomarse un vino en verano que en invierno, por lo que hay que jugar con estos aspectos para su buen servicio.

Teniendo en cuenta esto, y que no todos los vinos son iguales ya que cada cual tiene sus propias características, vamos a ver cuál sería la temperatura recomendable a la que se debería de servir según el tipo de vino.

Vino Tinto

La temperatura en los vinos tintos depende de su crianza. Por ejemplo, los vinos más jóvenes se toman más frescos, a una temperatura de servicio de 12 a 14 grados porque poseen menos estructura y más acidez. En cambio, los vinos más envejecidos se recomienda una temperatura de servicio entre 16 y 18 grados.

Vino Rosado

Aunque existen una multitud de vinos rosados, dependiendo de las uvas que se hayan elegido para su elaboración o del proceso que haya llevado a cabo, se recomienda servirse a una temperatura de entre 10 y 12 grados, además no necesita decantador y la mejor manera de tomarlo es en una copa impitoyables.

Vino Blanco

En cuanto a la temperatura de los vinos blancos puede variar dependiendo del grado de dulzura y del tiempo de crianza.

Los vinos blancos secos y semisecos se encuentran al principio de la escala, ya que su temperatura de servicio debe estar entre 8 y 10º.

En el caso de los blancos envejecidos, precisan de una temperatura del vino más alta porque son vinos con más estructura, los cuales demandan apreciar sus matices más complejos, por ello la temperatura del vino a la hora de servirlo debe ser de entre 11 a 13 grados.

Champagne y cava

Los vinos espumosos y dulces se suelen caracterizar por su alto contenido en azúcar y alcohol y por su untuosidad. Las temperaturas frías suelen ser las más adecuadas para su consumo, ya que son bebidas refrescantes. La temperatura de servicio recomendada para este tipo de vinos es de 6 a 8 grados. En esta categoría también podríamos incluir los vinos olorosos y generosos.

En cualquier caso, es importante recordar que los vinos muy fríos resultan más ácidos y si están muy calientes, se acentúa el dulzor y el alcohol, así pues, es importe tomarlos a la temperatura adecuada.

Cómo conseguir la temperatura del vino adecuada

A la hora de pedir una botella o una copa de vino en un restaurante es muy probable que este se encuentre a la temperatura adecuada, ya que cuentan con vinotecas para ello. Pero si el vino lo queremos disfrutar en casa y no tenemos un lugar específico para ello, existen algunos trucos y maneras de consumirlo a la temperatura correcta.

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La primera de ellas sería el uso de termómetro que puede ser de diferentes tipos:

  • Termómetro de mercurio: Es el termómetro que tenemos todos en casa y que utilizamos cuando notamos unas décimas de fiebre. En este caso, tan solo hay que meterlo en la botella y dejarlo hasta que suba la temperatura del vino para comprobar a que grados se encuentra.
  • Termómetro de infrarrojos: Es muy exacto, por ello si no quieres equivocarte este es el que debes utilizar.
  • Termómetro de vinos: Hablamos de una especie de brazalete que se coloca en la botella. Es importante saber, que a la temperatura que marca se le debe sumar siempre un grado más.

En el caso de querer bajar la temperatura del vino de una manera rápida y fácil se puede utilizar una cubitera. Tan solo habrá que introducir la botella en la cubitera con agua, hielo y sal. Otra opción es enfriar el vino en la nevera, y controlar la temperatura utilizando un termómetro de brazalete para vinos.

Si el vino ya está en la mesa, un saco de gel para vinos es lo más idóneo para mantener la temperatura del vino durante toda la comida. En ningún momento introduzcas la botella en el congelador, ni introduzcas hielo en la copa de vino ya que puedes arruinar el vino por completo.

Como hemos visto cada tipo de vino tiene una temperatura óptima de servicio. Dejamos atrás los mitos y comprobamos que tan solo necesitamos ser previsores y refrigerar nuestros vinos con tiempo, para evitar los cambios de temperatura bruscos.

Ahora sí que sí, cuentas con todas las claves para disfrutar de tu vino favorito a la temperatura perfecta.  

 

Post by Somm
enero 22, 2024